jueves, septiembre 28, 2006

Honest Reporting



Honest Reporting muestra la manipulación de algunos medios al divulgar información en forma poco objetiva. Además, reúne material para comprender un poco más la situación en Medio Oriente. Historia, tratados, mapas, recomendaciones de libros y películas sobre el conflicto, links, videos, documentos y reportajes.

martes, septiembre 26, 2006

Porqué quiero a Israel por Martin Varsavsky

Llegué a este artículo de casualidad, en la bitácora de este emprendedor.

Por qué quiero a Israel
Quiero a Israel porque soy judío si, pero además quiero a Israel porque soy uno de los pocos judíos que conoce bien el medio oriente prohibido a los judíos, he visitado muchos paises de la región escondiendo mis sellos de visita a Israel en mi pasaporte y luego de una examinación bastante exhaustiva del medio oriente, se que Israel pese a su controvertida política exterior, es el país de medio oriente, quizás junto con Líbano, en el que la gente amante de la libertad como yo podría vivir. Judíos o no. Israel sufre del mismo problema que Estados Unidos, mucha gente que critica a Estados Unidos viviría mucho mejor en ese país que en los paises que Estados Unidos enfrenta aunque esto no significa que muchas de sus políticas no causen rechazo. Israel es el país que más quiero en la región pero también el que más critico en mi blog. Estaba pensando cómo explicar este cariño que se mezcla cada tanto con una repulsión hacia políticas como la invasión de Líbano y me encontré con un artículo que escribió Shlomo Ben Ami en Haaretz, una de las principales publicaciones Israelíes. Lamentablemente el artículo está en inglés pero voy a tratar de explicar lo que quiero decir sobre Israel. El artículo de Shlomo Ben Ami a quien conozco personalmente y con quien concuerdo en muchos temas, argumenta que no se puede pensar solo en atacar a Irán para que no se transforme en una potencia nuclear sino que hay que tratar de negociar con Irán y aceptarla como potencia regional y dá sugerencias sobre cómo hacerlo. Pero tan interesante como el artículo son las críticas demoledoras a Israel,a el artículo y su autor que aparecen en los comentarios del Haaretz al mejor estilo blog. Es por esto que quiero a Israel y considero que Israel es mi país amigo en la región ya que es el único país que sabe y puede cambiar de opinión porque conoce muy bien las opiniones contrarias. Publicarlas es escucharlas. Recomiendo leer los comentarios y ver lo que escriben simpatizantes de Al Qaida, de Hezbollah en Haaretz, es una verdadera prueba de la libertad de expresión. Una vez hecho esto sugiero comparar esta postura con los paises de la región en las que algo como abandonar la religión Musulmana en Arabia Saudita, Qatar, Yemen, Iran, Sudan y Afghanistan está penado sencillamente... con la muerte. En Pakistan inclusive la blasfemia, algo bastante difícil de definir pero que en Europa sin duda estaría considerada como una forma de opinión, está penada con la muerte. En resumen, quiero a Israel porque me deja criticarla, porque tanto aquí como en Israel gente como Shlomo Ben Ami que estuvo en el gobierno israelí, puede escribir un artículo cuya postura es opuesta a la del gobierno actual y a la de Estados Unidos y su vida no corre peligro. En general creo que Estados Unidos e Israel están sobre reaccionando en el medio oriente, que están cometiendo errores enormes, que están matando inocentes en la lucha contra sus enemigos, inclusive creo que sus políticas además de inmorales son ineficaces y que producen más terrorismo del que destruyen, pero aunque estoy en contra de muchas de las desiciones que toman Estados Unidos e Israel, al final de todo quiero a Estados Unidos e Israel porque se que ellos pueden cambiar de opinión, y sus enemigos probablemente no. Israel y Estados Unidos, al ser democracias pueden cambiar de política como hizo España primero invadiendo Iraq y luego retirandose de este país al cambiar el gobierno. Se que Israel me puede proponer a un Barak o a un Sharon, que Estados Unidos me puede dar un Clinton o a un Bush, se que Israel ha pasado de pelear a muerte con la OLP a firmar la paz con la OLP pero es muy difícil imaginar a Hezbolláh responsable entre otras tantas muertes del asesinato de 95 argentinos cambiar su opinión y aceptar al estado de Israel. También me cuesta imaginar a Bin Laden ganando un premio nobel de la Paz como lo ganó Rabin. Puedo criticar a Israel por invadir Líbano combatiendo Hezbolá, o a Estados Unidos invadiendo Iraq luchando contra Sadam Hussein, pero en el fondo se que el mundo que Israel propone, el mundo que Estados Unidos propone es mucho más mi mundo que el mundo que Saddam Hussein propone, que Ahmadinejad propone, que Nasralla propone, que Bin Laden propone. Por eso quiero a Israel. Y por eso quiero a Estados Unidos. Y también por eso quiero a Europa frecuente aliada de Estados Unidos. Les quiero porque, cuando así lo siento, me permiten odiarles.
Publicado el 8 Septiembre de 2006

domingo, septiembre 24, 2006

Un artículo con mucho sentido común...para los antiyanquis

Por Rolando Hanglin para la revista de La Nación de hoy.

viernes, septiembre 22, 2006

Pintadas antisemitas en Buenos Aires.

En vísperas de Rosh Hashaná, aparecen pintadas antisemitas en Buenos Aires.
Nota La Nación.

miércoles, septiembre 20, 2006

Los Musulmanes Violentos

Por José Brechner Publicado el 19/9/2006 en www.eliberoamericano.com

La dominante prensa izquierdista, que se ha vuelto cómplice de los islamistas, no habla sobre la intimidación y los ataques que sufren los cristianos en los territorios palestinos. La represión, llegando a matanzas, de cristianos en países de mayoría musulmana hoy en día es un hecho que la prensa occidental ha elegido ignorar casi por completo.

Un sacrilegio verdaderamente detestable es la destrucción de lugares de oración, independientemente de la religión que cualquiera profese. Los fanáticos musulmanes sin embargo, destruyen iglesias y sinagogas a gusto, sin que el mundo los condene. Si alguien hiciese lo mismo con sus mezquitas, los terroristas fabricarían un sólido argumento para seguir matando inocentes. La dominante prensa izquierdista, que se ha vuelto cómplice de los islamistas, no habla sobre la intimidación y los ataques que sufren los cristianos en los territorios palestinos, ni tampoco se molestaron en destacar el vandalismo con que los árabes arrasaron las sinagogas de Gaza después de la retirada israelí.

El 2002, más de 100 terroristas palestinos, tomaron la Iglesia de la Natividad usándola como cuartel armado para disparar contra los israelíes, reteniendo como rehenes a religiosas y sacerdotes, destruyendo y hurtando todo lo que había de valor en el recinto sagrado. En Febrero 6 del mismo año, el Boston Globe reportó una acometida de islamistas palestinos contra las tiendas cristianas e iglesias de Ramallah ante la mirada indiferente de la policía palestina, que no intervino para nada en la represión de los vándalos. El sábado pasado, en respuesta a los recientes comentarios de Benedicto XVI, los palestinos incendiaron dos iglesias en la ciudad de Naplusa y en Somalia los islamistas asesinaron a una monja italiana.

Un año antes, el 3 de Septiembre de 2005, cientos de palestinos armados, al grito de Allahu Akbar, descendieron a la ciudad cristiana de Taibe aterrorizando a su población, prendiendo fuego a 16 casas y decenas de negocios, saqueando y destruyendo una estatua de la Virgen María. El motivo: Una mujer musulmana, tuvo una relación con un cristiano de Taibe. La mujer fue envenenada por su propia familia en una “matanza de honor”, minutos antes del ataque.

Los tradicionales pueblos cristianos de Belén y Nazaret, hoy son musulmanes, debido al constante hostigamiento al que fueron sometidos sus habitantes, que tuvieron que huir del lugar. Hasta 1995, mientras existía control israelí en la zona, Belén era 62 por ciento cristiana, hoy es menos de 20. Su Concejo Municipal era también de mayoría cristiana, hasta que llegó la Autoridad Palestina al mando de Arafat cambiando su composición por un municipio islámico.

Los únicos que han protegido a los cristianos de los criminales islámicos, son los israelíes, como hicieron en el Líbano hasta el 2000, ayudando a poner freno a la guerra civil. Los últimos ataques terroristas de Jizbalá con miles de cohetes de Irán y Siria, lanzados desde el Líbano a Israel, también fueron dirigidos contra poblaciones cristianas. Jizbalá es un ejército de cobardes, que se ponen el uniforme para marchar y se lo quitan para asesinar civiles.

Israel tenía en 1967, todo el derecho de tumbar las mezquitas de Omar y Al-Aksa, edificadas adrede encima del Gran Templo de Salomón, como afrenta a judíos y cristianos, pero no lo hicieron. Tampoco abrieron el Portón Dorado de ingreso a la ciudad amurallada de Jerusalén, que fue tapiado por los mahometanos para que el Mesías no pueda pasar por él, como anuncian las creencias y profecías judeocristianas

El Vaticano por fin está reaccionando. Cualquiera que haya sido el motivo de su largo silencio e inacción, enmudeciendo o rasgándose las vestiduras, no se avanza en la lucha contra la intolerancia, el fanatismo religioso y el terrorismo. La sumisión o exterminación de los cruzados ya ha sido declarada, está en sus manos defenderse o no. El problema no es político; es religioso. Con Israel o sin Israel, con Palestina o sin Palestina, el conflicto no va a desaparecer. El mundo judeocristiano está amenazado de muerte y tiene que contraatacar. Pretender un entendimiento con los yihadistas, es irreal y sólo va a demorar una batalla absolutamente inevitable que traerá más víctimas a occidente. Las palabras del Papa Benedicto XVI son atinadas y no tenía porqué disculparse ante sus mortales enemigos. Más bien debería hacerles frente, transmitiendo el mensaje en todas sus iglesias.

Las palabras de Ratzinger

LA DIFÍCIL CONVIVENCIA DE DOS RELIGIONES // PILAR RAHOLA
El Papa pudo haber hecho autocrítica al atacar al islam, pero su discurso no justifica la violencia

Defender a Ratzinger. Extraña situación para alguien que, como yo, difiere decenas de pueblos de su concepción del mundo. Y no solo porque él habita en la gramática de lo intangible y yo soy una impenitente ciudadana del racionalismo, sino porque cuando actúa en lo terrenal, sus ideas sociales están en mis antípodas. No me gusta el Vaticano ni por su sexismo ni por su homofobia, y su actitud en el tercer mundo, contraria a la anticoncepción, es irresponsable. (Este diario recoge hoy, en el CUADERNO DEL DOMINGO, las posiciones contrarias a Darwin que Ratzinger plantea, y ello es un ejemplo más de la confrontación ideológica que muchos tenemos con su pensamiento).La espiritualidad de este papa me conmueve casi tanto como su densa cultura, pero su mundo y mi mundo palpitan en mundos distintos. Sin embargo, y parafraseando la famosa frase, daría lo que fuera porque Ratzinger pudiera defender sus ideas contrarias a las mías; esa es la raíz de la libertad, su hondo compromiso: garantizar el crisol. Y es el crisol de ideas, el derecho a pensar más allá de los miedos y las amenazas, lo que está resultando frontalmente atacado en estos tiempos.

HABLAMOS de Ratzinger, pero hablamos también de Theo van Gogh, de Salman Rushdie, de los dibujantes de cómics daneses, de Ayan Hirsi Alli, del escritor Naguib Mahfuz, cuya reciente muerte nos recordó el calvario que sufrió en manos de la intolerancia. Todos ellos fueron responsables de la lesa culpa de opinar más allá de la comodidad, quizá más allá de la corriente y más allá de la prudencia. Y todos dejaron por el camino mucha piel, violentados, amenazados, incluso asesinados.¿Es Ratzinger lo mismo que Rushdie? ¿Se parece a la provocación soez danesa? ¿Tiene algo que ver con la denuncia de Van Gogh? Todos tienen que ver con lo mismo, se atrevieron a opinar críticamente sobre el islam y padecieron las consecuencias.Por lo pronto, Benedicto XVI ya ha pedido perdón en un acto de genuflexión pública que extrañamente se da en el Vaticano. ¿Lo ha hecho por convicción o ha sido obligado por la histeria desatada en el islam? La evidencia de la respuesta ahorra texto. Ell mundo ha amanecido de nuevo con manifestaciones a cara de perro, con iglesias quemadas, con parlamentos pidiendo explicaciones y con los gurús del islam exigiendo penitencia.Y todo ello ha pasado porque Benedicto XVI ha dicho que la yihad es contraria a Dios, y que la violencia no es compatible con la religión. Es decir, tiene a medio mundo musulmán sublevado por haber sido coherente con el catecismo. Un hombre de Dios asegura que, en nombre de Dios, no se puede matar. Y tiene que pedir perdón.

Ratzinger dirige una religión que tuvo su yihad en las cruzadas, y que también, en nombre de la religión, defendió todo tipo de violencias. El cristianismo es el principal responsable de la locura del antisemitismo, pero también es cierto que muchas son las reflexiones críticas del propio cristianismo, y que el Nostra Aetate supuso una frontera definitiva con el pasado. Y lo es aún más su adscripción a los valores democráticos de las sociedades en las que vive.Sea como sea, Ratzinger podría haber partido de la propia culpa cristiana para aterrizar en la inequívoca culpa islámica, y podría haber usado textos históricos menos antipáticos como ejemplo, pero nada de lo dicho justifica la violencia callejera y tabernaria que están generando sus palabras. El tema no es lo que ha dicho Ratzinger, sobre todo porque, matices aparte, lo suyo es de un sentido común inapelable. El tema es la falta absoluta de cultura democrática que ahoga al islam y que nos ahoga a todos.

HAY UN islam de paz, pero también hay un islam de guerra, y de la misma forma que en nombre de Alá se conjuga el verbo amar, hoy, en nombre de Alá, también se conjuga el verbo matar. Miles de muertos, desde Nueva York hasta Atocha, desde Beslan hasta Bombay, lo avalan. Y lo más trágico no es que el islam integrista esté secuestrando la imagen de todo el mundo musulmán. Lo más trágico es que el mundo musulmán pacífico no se manifiesta, no critica, no se rebela, sino que calla.

Los pocos Mahfuz y Rushdie que levantan la voz viven un calvario. Una comunidad diversa y heterodoxa como la islámica no puede ser reducida a la imagen simplista y malvada que el fundamentalismo intenta dar. Pero, para ello, es necesario que surjan los Ratzinger y que el islamismo diga que la yihad es contraria a Dios.

Vivimos en una trágica inversión de valores: las voces surgen, histéricas y amenazadoras, para violentar a los críticos. Miles de personas vociferan en las calles porque un papa ha hablado contra la violencia. ¿Dónde están esos miles cuando, en nombre de su dios, se masacran ciudadanos en trenes, autobuses y aviones? Hay un islam que está enfermo y, por desgracia, es el que impone su voz. Ese islam silencia hoy a Ratzinger y ayer lo hizo con otros. Las disculpas del Papa no son un éxito de la prudencia; son una derrota de la razón. Un quiebro --otro-- de la libertad.

Publicado en El Periódico.

lunes, septiembre 18, 2006

Sigo descubriendo artículos en El Iberoamericano.com

Locura islamista
La Fatwa contra el Papa Benedicto XVI
por Wenceslao Cruz Publicado el 18/9/2006

Las recientes palabras del Papa Benedicto XVI, sacadas de contexto, han sido utilizadas por el mundo musulmán como utilizaron las caricaturas hechas por el dibujante danés Kurt Westergaard, como pretexto.

El islamismo está en la misma o peor posición que cuando existía la Inquisición y se quemó a un Giordano Bruno “hereje” o se amenazaba a un Galileo o a un Copérnico, algo por lo que la Jerarquía católica ya pidió perdón. En el mundo islámico se ahorcan a homosexuales, se lapidan a mujeres consideradas infieles por sus maridos, se recompensa a quien asesine escritores “incómodos” y se incita a la violencia como si fuera un mandato divino.

La agresividad que desatan los que promueven este fanatismo es temida por quien no profesa esa religión, por gobernantes, por escritores y por la mayoría de periodistas. Benedicto no debe pedir perdón porque se lo exijan miles de zombis, y menos por miedo a una fatwa, pues la fatwa ya está dictada hace tiempo contra el que no se convierta al Islam. El máximo representante de la Iglesia Católica no debe temer a ese victimismo musulmán que lo acosa en estos momentos. El victimismo del victimario es como un mar sin agua, un bosque sin árboles, un río sin corriente, es falso.

La guerra no es entre un mundo cristiano y un mundo musulmán, como quieren ver algunos el conflicto supuestamente religioso que actualmente vivimos. La guerra es entre la civilización y la barbarie. El conflicto está realmente entre los Emires y ricachones del desierto con su pueblos oprimidos. Al Islam lo han convertido en los barrotes perfectos de una cárcel de la que no dejan salir, a un mundo próspero y civilizado, a sus pueblos esclavos.

La libertad de expresión es algo que no se respeta en los gobiernos que dirigen y sojuzgan a sus ciudadanos por la interpretación de textos religiosos o “sagrados”, ya sea este el Corán o El Capital. Es lógico que sean estos países de gobiernos autocráticos, de gobiernos totalitarios y comunistas los que converjan en cumbres como las de los No Alineados (NOAL) y alardeen de apoyos mutuos, son los mismos que ven a un “peligroso” Israel, no dispuesto a ser chantajeado, no dispuesto a ser “eliminado del mapa” ni a pedir perdón por defenderse. Es comprensible que odien de forma enfermiza a los Estados Unidos de América, baluarte y faro del mundo occidental desarrollado y civilizado. Cuando Norteamérica les conmina, a que dejen a sus pueblos elegir su propio destino, se sienten “atacados” e “intervenidos”. Cómo no van a sentirse así, si peligra el despotismo que los mantiene en el poder.

Los cobardes del mundo democrático responden con “Alianzas de Civilizaciones” ¿Es que se puede considerar civilizado a quien lapida, a quien degüella o a quien amenaza con la violencia? ¿Realmente puede haber punto de encuentro con el fanático, con el suicida, con el terrorista? Quien lo crea podrá ser justificado como un demagogo cuando lo plantea, incluso habrá quien lo considere un hombre humano y de buenos sentimientos cuando sólo es un irresponsable, pero el error se pagará y se paga. Se está pagando cuando quien debería escribir guarda silencio, se paga cuando un juez reduce o no actúa contra un acto terrorista. Y peor aún, uno se endeuda con los principios democráticos por los que otros hombres han dado y dedicado su vida, nos endeudamos, en definitiva, con nuestro propio derecho a ser libres.

Links a artículos de Mark Steyn y Pilar Rahola

En http://www.eliberoamericano.com encontré varios artículos interesantes de Mark Steyn y también de Pilar Rahola .

In Memoriam Oriana por Pilar Rahola

Tomado de "EL IBEROAMERICANO " Periódico de Opinión www.eliberoamericano.com

In Memoriam
Oriana
por Pilar Rahola Publicado el 16/9/2006

Mi admiración por ella se mantuvo intacta, incluso en los tiempos del desacuerdo. Tuve la ocasión de escribirle mis notorias divergencias cuando publicó "La rabia y el orgullo", y también entonces la percibí tan cálida y salvaje como siempre fue. De ella se han dicho tantas barbaridades en los últimos años que resultará difícil poner sordina al ruido, pero intentaré, en este corto "in memoriam", situar las palabras justas que merece.

Las biografías aceleradas que están escribiendo las redacciones del mundo dirán de Oriana que fue una periodista arriesgada, recordarán las balas que recibió en la matanza de Tlatelolco y las crónicas que hizo a ambos lados de la guerra de Vietnam. Hablarán de sus míticas entrevistas, del sudor de Kissinger ("ha sido la entrevista más desastrosa que he tenido nunca") y del momento extraordinario en que se quitó el velo que había pactado con el ayatolá Jomeini y continuó entrevistándolo. Dirán que fue una feminista comprometida, una periodista sagaz, quizá una luchadora, sólo vencida por el cáncer. Los más detallistas hablarán de los últimos tiempos, escondida en su casa de Nueva York, con la puerta cerrada a cal y canto, convencida de que sería asesinada en cualquier momento. Y, por supuesto, todos recordarán su enfrentamiento a cara de perro con el islam.

De los tantos detalles de su densa vida, si yo hiciera la crónica hablaría de Alekos Panagulis, el resistente griego que fue asesinado en Atenas en el 76 y al que Oriana dedicó su novela "Un hombre". O de su esfuerzo por demostrar la conspiración para asesinar a Pier Paolo Pasolini, que le valió la cárcel por no desvelar a su informante. Por supuesto, hablaría de su Toscana natal, de su padre, luchador antifascista que le inculcó las ideas de libertad, de ella misma, que se jugó la vida nada más empezar a vivirla. Y por encima de todo hablaría de una mujer que marcó un estilo periodístico basado en una abrupta y radical honestidad, sólo ligada al deber de informar correctamente. Sus opiniones están sometidas al rigor del debate, pero en el terreno profesional el debate es escaso: fue una de las grandes.

¿Lo fue también en el terreno de las ideas? Sin ninguna duda, esta pregunta merecería una afirmación entusiasta si se planteara antes del 11-S, pero a partir del atentado y de los libros que publicó al respecto, su credibilidad cayó en picado y pasó a ser una mujer furibundamente criticada, demonizada hasta el delirio e incluso llevada a los tribunales. Ciertamente lideró la crítica descarnada contra el islam, y soy de los que creen que se le fue la mano en alguno de sus ataques.

Pero más allá de la dureza del tono y del discurso, Oriana Fallaci merece una reflexión serena, y no sólo por su impecable biografía, sino por el valor de las ideas que defendió. Personalmente ya he dicho en múltiples foros que no comparto su ataque frontal y global al islam, por injusto y simplificador. No creo que el problema del mundo sea el otro, el distinto, el ciudadano que reza a un Dios llamado Alá y que vive en consecuencia con sus credos. Muy al contrario, mi visión del mundo sólo es soportable si permite religiones, culturas y acentos diversos.

Pero comparto con Oriana Fallaci la convicción de que el mundo tiene, hoy por hoy, un serio problema vinculado al islam, un problema que atenta a las libertades, a los derechos y a la propia vida. ¿Todo el islam? Ahí está la divergencia de fondo. No. Pero es cierto que existe un islam que mata en nombre de Dios, que en nombre de Dios persigue a los disidentes, en su nombre esclaviza a las mujeres, desprecia a la libertad, y es en nombre de Dios que educa en la muerte. Miles de muertos, desde AMIA hasta Nueva York, desde Beslán hasta Atocha, desde Londres hasta Bali, pasando por Bombay, avalan esta trágica convicción. Ello no es óbice para un discurso que criminalice a los ciudadanos musulmanes, pero es tan real como el hecho contrario: hay un islam de paz y, hoy en el mundo, actúa también un islam de muerte.

Por mucho que sea políticamente incorrecto y hasta peligroso afirmarlo, la realidad es más dura que las buenas intenciones. Desde luego, tampoco comparto el análisis de algunas de las causas que ella planteaba, porque estoy convencida de que no es el texto sagrado o la tradición histórica, sino la falta de democracia en el islam, el problema fundamental del propio islam, y globalmente del mundo. No hay religiones perversas o intrínsecamente inocentes, sino contingencias históricas que han usado y abusado de los dioses con notable impunidad. También del Dios cristiano.

El problema no es espiritual, ni cultural. El problema es, a todas luces, ideológico y tiene que ver con una ideología totalitaria que, a pesar de tener base religiosa, practica un furibundo nihilismo. No es Alá, son los que matan en nombre de Alá. No es el islam, es el integrismo islámico. No es una mujer musulmana, son los que la obligan a vivir sin libertad. Oriana lo mezcló todo y puede que en ese punto, sólo en ése, mereciera una crítica severa. Pero ¿merecía ser criminalizada? No solamente no lo creo, sino que combato la enorme hipocresía de un pensamiento progresista que se escandalizaba con ella, tanto como minimizaba a según qué terroristas. Aún hoy tenemos que aguantar que se considere "milicianos" o "resistentes" a los que hacen explotar a jóvenes en los autobuses de Irak o Jerusalén. Puede que se equivocara tanto como acertara mucho, pero el ataque global contra ella tiene más que ver con la dictadura de lo políticamente correcto en Occidente, y con el odio feroz a la libertad de expresión en el islam, que con sus propias ideas.

La realidad, que tiende a la ironía con notable sadismo, ha hecho coincidir su muerte con la reacción histérica de una parte del islam contra el papa Benedicto XVI. Nuevamente la libertad. Ratzinger osó decir que la yihad va contra Dios y que es "irracional" defender la fe con la violencia. Sus palabras -y muchos son mis desencuentros con él- me parecen tan razonables como lúcidas. Merecerían manifestaciones a favor en todo el mundo islámico. Al fin y al cabo, el yihadismo, ¿no destruye al propio islam? Y sin embargo, nuevamente la histeria, nuevamente la amenaza, nuevamente la falta absoluta de sentido crítico... En este sentido, Oriana tenía toda la razón. Hay un islam que actúa de forma perversa y hay otro islam que calla, cede y otorga perversamente. Es este último, como han afirmado algunas valientes mujeres musulmanas, Ayan Hirsi Alli entre ellas, el que crea una peligrosa complicidad. Añado a ello mi propia reflexión: el buenismo bobalicón y paternalista del mundo occidental con el islam, igualmente incapaz de una reflexión crítica, acaba siendo igualmente cómplice.

Murió Oriana Fallaci. Había dicho: "Me desagrada morir, sí, porque la vida es bella, incluso cuando es fea". Enganchada a la vida, combatió la cultura de la muerte, defendió la libertad hasta el propio riesgo y tuvo tiempo de darnos las mejores entrevistas del siglo XX. No era perfecta. No era infalible. Pero tuvo las agallas de defender la libertad de pensamiento en tiempos de servilismo y miedo. Descanse en paz.

Un artículo muy interesante

El islam, como sea
Convertíos o Morid
por Mark Steyn Publicado el 31/8/2006

Igual que hay violadores que se dicen a sí mismos que sus víctimas están genuinamente enamoradas de ellos, no hay duda que hay quien cree que la fe puede forzarse a punta de alfange.

Nuestro Pensamiento del Día viene de Steve Centanni, el reportero de Fox News liberado a lo largo del fin de semana por sus secuestradores en Gaza:

"Fuimos obligados a convertirnos al Islam a punta de pistola. No me entienda mal. Tengo el mayor respeto al Islam, y aprendí un montón de cosas buenas de él".

Antes de su liberación, Centanni y su cámara, Olaf Wiig, habían sido grabados con ropas islámicas, sentados en cuclillas, y habían leído guiones anunciando que se habían convertido en musulmanes practicantes y pidiendo a Bush y Blair que hiciesen lo mismo.
"El Islam no está pensado solamente para algunas personas. Es la verdadera religión para todo el mundo en todas las épocas", decía Centanni. "Cambié mi nombre a Jaled. He abrazado al Islam y digo la palabra Alá".

Antes, sus secuestradores difundieron una declaración diciendo que a los dos hombres se les había dado a elegir entre a) conversión al Islam; b) la jizya (el impuesto pagado por los no musulmanes a sus amos musulmanes); o c) la guerra. No había casilla de "nada de lo anterior". "Eligieron el Islam", decía el portavoz del grupo, "y ese es un regalo que Alá hace a quien elige Él" - incluso si las circunstancias Le obligan ocasionalmente a dártelo a punta de pistola.

Igual que hay violadores que se dicen a sí mismos que sus víctimas están genuinamente enamoradas de ellos, no hay duda que hay quien cree que la fe puede forzarse a punta de alfange. En uno de los ejemplos más indestructibles de Síndrome de Islamo-tocolmo, la periodista británica Yvonne Ridley fue secuestrada en Afganistán, convertida al Islam, y permaneció convertida: aparecía el otro día en el Canal Islam de Gran Bretaña lanzando preguntas fáciles de responder al ex Primer Ministro malayo Dr. Mahathir Mohammed acerca de sus planes de destruir Estados Unidos.

Pero el breve interludio de Centanni y Wiig como musulmanes practicantes es revelador en un sentido más general. La mentalidad occidental multicultural lleva desde el 11 de Septiembre intentando desesperadamente contener al Islam dentro del frívolo disfraz de diversidad. Es "solamente" otra religión, como los Protestantes congregacionistas, o los Episcopalianos. Cierto, tiene unos cuantos fanáticos, pero ¿no los tenemos todos? Insistir en esta idea exige un desagradable montón de cosas que barrer bajo la alfombra, y a estas alturas hay tanto debajo que parece un Himalaya tapizado. Para empezar, no se puede evitar notar que el tráfico es sobre todo unidireccional: en el país del Dr. Mahathir, donde una larga tradición de Derecho Común inglés se encuentra bajo constante presión de la sharia, una dama llamada Lina Joy soporta actualmente amenazas de muerte y una larga batalla legal porque cometió "el crimen" de convertirse del Islam al Catolicismo.

Bien, eso es lo que Malasia tiene que ofrecerte. ¿Pero qué hay de Michigan? Nazra Quraishi, una profesora del kindergarten de una escuela musulmana local, escribía el mes pasado en el The Lansing State Journal como sigue:

"El Islam es la guía para la humanidad, en todo momento, hasta el día del juicio. En el Islam está prohibido convertirse a cualquier otra religión. El castigo es la muerte. No existe desacuerdo en ello. El Islam es abrazado en todo momento por gente de otros credos. Deben saber que pueden abrazar el Islam, pero no pueden salir. Esta norma no es establecida por los musulmanes; es la ley suprema de Alá".

Eso parece bastante claro, ¿no? En 1951, Eric Hoffer, el gran filósofo de los muelles de Norteamérica, escribía: "El modo en el que un movimiento de masas comienza también puede tener efecto sobre la duración y el modo de finalización de la fase activa del movimiento".

Tanto cristianos como musulmanes son "pueblos del libro". Pero existe una diferencia: el Cristianismo comenzó como religión del débil, practicado por lo más bajo de las sociedades y avanzó mediante conversión y ejemplo, independiente del estado. La distinción entre religión y poder temporal está encajada en su narrativa fundacional. Compare las palabras finales de Jesús a sus discípulos, el día de la ascensión…

"Recibiréis el poder, después de que venga a vosotros el Espíritu Santo: y seréis testigos de mí tanto en Jerusalén como en toda Judea y en Samaria, y en la parte más recóndita de la tierra".

… con las palabras finales de Mahoma a sus discípulos:

"Se me ordenó que luchase contra todos los hombres hasta que dijeran, 'No hay otro dios sino Alá'".

Eso es toda una diferencia. Cristo está diciendo que vayan hasta los rincones de la tierra y persuadan a otros de lo que saben que es la verdad. Mahoma está diciendo que combatan contra todos los hombres hasta que se sometan a su verdad: no es un plan para convertir un imperio existente (como hizo el Cristianismo) sino para el establecimiento de un imperio nuevo. El Islam nació y se extendió como credo de guerreros y, mientras que puede ser instigado, la intensidad del fervor de los musulmanes occidentales de hoy sugiere que el guerrero Mahometano pervive en el corazón de su fe, aunque significativamente magnificado mediante superior potencia de fuego. Oh, vamos, dirá usted, ¿qué hay de la Inquisición española? Bien, para empezar, la Inquisición mató a menos gente en siglo y medio de la que mata la jihad en un año flojo. Pero, en el sentido general, es fácil argumentar que, cifras al margen, siempre fue una aberración y una distorsión de las raíces del cristianismo. Que la jihad en su forma más violenta sea una distorsión del mensaje de Mahoma está menos claro. Con el Islam, la aberración son las variantes moderadas de los Balcanes, los estados de Asia Central y del Sur. Y hoy todos están desapareciendo.

De modo que si usted apuesta sus esperanzas en la reforma islámica, la dificultad reside en que los islamistas más destacados no están haciendo más que un karaoke mahometano. He aquí a Osama bin Laden durante la campaña afgana post 11 de Septiembre:

"Se me ordenó que luchase contra todos los hombres hasta que dijeran que no hay otro dios sino Alá, y su profeta Mahoma".

Argumentar que una cita textual es "una distorsión" de "la religión de la paz" es difícil. Las declaraciones respectivas de Jesús y Mahoma son, por decirlo suavemente, indicativas de disposición. La adopción del cristianismo por parte de la potencia estatal en Europa fue la etapa final de un proceso de conversión pacífica. Mientras que, en el punto álgido de su poder en el siglo VIII, cuando "el mundo islámico" se extendía desde España hasta la India, su población era solamente musulmana en minoría, y permanecer de ese modo servía al Califato: desde el punto de vista fiscal, una población infiel sometida pagando la jizya (el impuesto especial para no musulmanes) era un componente crítico. El Islam no era tanto una fe proselitizadora como una razón de autoridad política. Y la jihad de hoy tiene mucho más en común con un régimen imperial convencional que con una evangelización religiosa.

Lo que significa que hay buenas noticias y malas noticias. Las malas noticias son que el Islam pronto será capaz de obligar a la sumisión-conversión a punta de misil nuclear. Las buenas noticias son que cualquier religión que necesite hacer eso es, por definición, débil. Más que eso, el feroz credo del guerrero musulmán del siglo VIII ha sido reemplazado en su mayor parte por un montón de sandeces cogidas por los pelos adquiridas en su totalidad de patologías totalitarias europeas desfasadas. Habría dejado atónito a casi cualquier otro dictador de Persia como absurdo y sin valor estar tan penosamente obsesionado con el revisionismo del Holocausto como el Presidente Ahmadinejad: muestra un caso grave de complejo de inferioridad cultural eurófilo. Pero en las mezquitas y madrazas de hoy en día hay casi tan poca contemplación de lo divino como en un sermón anglicano típico. El gran columnista canadiense David Warren argumenta que el Islam es desesperadamente débil, que ha sido "idiotizado" por estas anacrónicas importaciones del Fascismo de mediados del siglo XX. No estoy seguro de si yo iría tan lejos, pero, si Washington tiene la mitad de fantasmas de influencia que a las películas les gusta creer que tenemos, la negligencia espiritual del Islam de hoy en día es un gran talón de Aquiles en su punto para explotar.

domingo, septiembre 17, 2006

El Papa pidió disculpas

¿Qué hubiera pasado si no se retractaba? ¿Serán suficientes sus disculpas?
Leer nota.

viernes, septiembre 15, 2006

Musulmanes enojados con el Papa

Nota Clarín.
Nota La Nación I.
Nota La Nación II.

Falleció la periodista Oriana Fallaci

Me enteré hoy por La Nación.

lunes, septiembre 11, 2006

Verdades y mentiras del 11-S

Artículo del diario Clarín.

A cinco años de los atentados en EE.UU.

Link a la cobertura especial del Diario La Nación: fotos, videos y artículos sobre el atentado a las torres gemelas.
http://www.lanacion.com.ar/exterior/destacado.asp?tema_id=2

What is going on at Ground Zero 5 years after 9/11?






















Photo by Vincent Laforet for The New York Times.

The Hole in the City’s Heart
This article by DEBORAH SONTAG was published today on the New York Times.

viernes, septiembre 08, 2006

Video sobre Circular 11

lunes, septiembre 04, 2006

A derrota da enganação fundamentalista

Por Osias Wurman, presidente da FIERJ.

A frágil trégua nos ferozes combates ocorridos no Oriente Médio, permite a ousada tentativa de deslumbrar o futuro para a região. Na verdade, preocupa-nos o amanhã de todo planeta Terra, pois o mundo será diferente após esta guerra no sul do Líbano. O terror globalizado saiu, aparentemente, com vantagem deste episódio, pois os armamentos do Hezbollah não foram totalmente destruídos. Não desejo entrar na batalha da propaganda que manipula o numero de vítimas civis, a proporcionalidade do revide israelense ou a legitimidade da influência síria e iraniana num país dito soberano. Quero imaginar o que pensam os jovens árabes, em especial os palestinos, ao verem os escombros de uma guerra não declarada, que vem sendo vendida como vitoriosa mesmo tendo desgraçado famílias, infra-estrutura e a própria soberania de uma nação milenar como o Líbano.
É muito cruel assistir a imagem transmitida pela TV do Hezbollah, e retransmitida para todo mundo, onde dois pagadores ilusionistas “ indenizam” vitimas que perderam suas casas e propriedades, com US$ 12 mil, contados e conferidos defronte das câmeras.
Lembrei-me então dos tempos, não muito distantes, quando Saddan Hussein , agora aguardando enjaulado por uma sentença de morte , enviava cheques de quinze mil dólares para os pais dos suicidas palestinos, como premio de honra ao mérito por seus filhos terem explodido ônibus civis, restaurantes lotados, danceterias repletas de jovens, mercados e salões de festa em pleno evento. A resposta aos suicidas e seus defensores foi um enorme muro protetor de concreto, que hoje corta a Cisjordânia, que reduziu os atentados em 99 % e lembra diariamente aos palestinos que ninguém tem nada a ganhar com o ódio.
“Na atual guerra no sul do Líbano, quem perdeu foi o mundo civilizado; quem saiu iludido foi o povo libanês; quem saiu arranhado foi o povo israelense”
A “vitória” do Hezbollah no atual confronto, trouxe como “troféu” para o povo libanês, uma irreparável perda de vidas inocentes, uma destruição material superior a US$ 5 bilhões além dos 15 mil estrangeiros em solo pátrio, a serem assentados nos próximos dias. Para quem tinha como bandeira a libertação das minúsculas fazendas de Sheba, pleiteadas pelos libaneses e conquistadas na guerra de l967 por Israel, ter uma nova ocupação internacional do sul do Líbano é, antes de mais nada , uma verdadeira catástrofe patriótica.
Tentar vender esta situação como sucesso ou iniciativa vitoriosa é desrespeito à tradicional sabedoria do povo árabe. Certamente existirá uma consciência islâmica pacifista, ainda silenciosa, que explodirá contra o fundamentalismo enganador que vem ceifando vidas inocentes nos quatro cantos do mundo e maculando a imagem do mundo muçulmano. São inaceitáveis as ameaças de atentados terroristas que continuam a atemorizar a Europa, os EUA, o Afeganistão e que diariamente matam dezenas de civis xiitas e sunitas no Iraque. Judeus, cristãos e islâmicos devem dar as mãos no combate ao fanatismo e ao fundamentalismo, qualquer que seja a sua origem. Criminosa é a postura dos que pretendem solapar a coexistência das três religiões irmãs em Abraão.
A história judaica vem sendo escrita mais com lágrimas do que com tinta, mas em nada mudou a disposição israelita de viver em paz com todos os povos, num mundo melhor. O mundo civilizado deve esperar o despertar do bom senso no mundo islâmico, com a definitiva derrota da enganação fundamentalista. Na atual guerra no sul do Líbano, quem perdeu foi o mundo civilizado; quem saiu iludido foi o povo libanês; quem saiu arranhado foi o povo israelense. Vale lembrar a frase de Orem Almog, o jovem de 12 anos que perdeu as duas vistas num atentado suicida num café em Haifa, há três anos, na mesma cidade que agora foi vítima do maior número de foguetes de longo alcance lançados pelo Hezbollah. Disse Almog: "Podem nos arranhar, mas jamais nos destruirão !"
Publicado em O Globo

MEDIO ORIENTE: La guerra civil de los musulmanes

Por Mai Yamani

30 de julio de 2006

¿Es hoy la división entre chiitas y sunitas en el Oriente Próximo más profunda que el antagonismo entre Israel y los árabes? Se podría pensar eso, dada la respuesta de algunos gobiernos árabes a la decisión de Hezbolá de atacar a Israel. Incluso en momentos en que las bombas israelíes caían sobre Beirut y Tiro, Arabia Saudita, quizás el país árabe musulmán más conservador de todos, condenó abiertamente las acciones de Hezbolá, que es una organización shiita, por instigar el conflicto con Israel. Nunca antes en la historia del conflicto árabe-israelí, un Estado que se considera líder de los pueblos musulmanes árabes, había respaldado a Israel en una forma tan abierta.

Más aun, el quiebre de Arabia Saudita con Hezbolá no es algo aislado. Egipto y Jordania también han condenado categóricamente a Hezbolá y a su líder, el jeque Hassan Nasrallah, por su falta de responsabilidad.

¿Qué hay detrás de esta sorprendente actitud? ¿Estamos presenciando un cambio fundamental en las relaciones entre el nacionalismo árabe y el sectarismo islámico? ¿Está Arabia Saudita más preocupada y atemorizada ante el islam chiita que comprometida con la unidad árabe y la causa palestina?

Las acusaciones de los árabes contra Hezbolá sugieren que la división sectaria entre los musulmanes, ya evidente en la violencia cotidiana en Irak, se está profundizando y haciendo más intensa en el Oriente Próximo. El deseo del presidente George W. Bush de remecer las inmóviles sociedades del mundo árabe tenía la intención de levantar las fuerzas de la modernización contra los elementos tradicionales de las sociedades árabes e islámicas. En lugar de ello, parece haber desatado las fuerzas más atávicas de la región. Abrir esta caja de Pandora puede haber dado inicio a una nueva y más amarga era de violencia generalizada, que tal vez sólo se pueda llamar una "guerra civil musulmana".

La división entre chiitas y sunitas ha existido desde los orígenes del islam, pero el aislamiento geográfico y étnico del Irán chiita no árabe, junto con el dominio de los países árabes sunitas sobre sus minorías chiitas, en gran medida mantuvo esta rivalidad en segundo plano. Estas tensiones retrocedieron aun más con la marea islamista creada por la revolución iraní, ya que tras ella la identidad sectaria árabe perdió incluso más peso a medida que surgía una identificación "islámica" generalizada.

Todo eso cambió cuando Al Qaida, una fuerza terrorista sunita que se basa fuertemente en la ideología de los wahabíes sauditas y su gente, lanzó sus ataques sobre Estados Unidos en septiembre de 2001. Ahora había un brazo específicamente sunita del islamismo militante. Cuando Estados Unidos dio inicio a sus guerras contra los talibanes sunitas de Afganistán y el régimen sunita de Irak, esta nueva corriente sunita radical se fortaleció todavía más.

Los árabes sunitas de la región, con sus nuevos bríos, perciben que Israel y Occidente son sólo una de las amenazas, mientras la otra es el así llamado "creciente chiita", el arco de tierra que se extiende desde Líbano a Irán, pasando por Siria e Irak, habitado por los supuestamente herejes chiitas. Los gobernantes de Arabia Saudita, como guardianes de los lugares más sagrados de la fe musulmana en La Meca y Medina, tan vez sean los más inclinados a sentir esta amenaza.

A ojos de los sunitas, los chiitas no sólo dominan las áreas ricas en petróleo de Irán, Irak y la región oriental de Arabia Saudita, sino que —a través de las acciones de Hezbolá— están intentando usurpar el papel de "protectores" del sueño central de todos los árabes, la causa palestina. El reino saudita se ha vuelto contra Hezbolá debido al hecho de que la familia real saudita deriva su legitimidad de una estricta forma de islam sunita y duda de la lealtad de su población chiita.

Irónicamente, Estados Unidos, el tradicional protector de Arabia Saudita, es quien ha hecho posible el fortalecimiento de los chiitas, al derrocar a Sadam Husein y llevar a los partidos chiitas al poder en Irak. La Administración Bush parece reconocer lo que ha hecho; a medida que el arco chiita crece en el este del mundo árabe musulmán, EU intenta fortalecer su protección del arco sunita (Egipto, Jordania y Arabia Saudita) en el oeste de la región. Israel, otrora el implacable enemigo de la causa árabe, ahora parece haber quedado integrado a esta estructura defensiva.

Sin embargo, una postura defensiva con estas características está destinada a ser inestable, debido a los sentimientos panárabes. Hoy, los ciudadanos sauditas comunes y corrientes siguen los acontecimientos de Gaza y el sur de Líbano a través de Al Yazira y otras redes de TV por satélite. Ven que se derrama sangre árabe (no chiita), y que sólo Hezbolá responde a los ataques. A sus ojos, Hezbolá se ha convertido en un modelo heroico de resistencia.

Esto está haciendo que el Estado saudita profundice el cisma entre sunitas y chiitas. Tras las acusaciones oficiales del Reino contra Hezbolá, el estado saudita convocó a sus clérigos wahabíes oficiales a emitir fatuas condenando a Hazbolah como una organización de herejes y cismáticos chiitas. Este tipo de condenas no pueden hacer más que agudizar las divisiones entre Arabia Saudita y la región.

A medida que se profundicen estos antagonismos, ¿llegarán a creer los regímenes sunitas que necesitan su propia Hezbolá en su rincón del mundo? Si llegan a esa conclusión, no tienen que buscar mucho, ya que esos milicianos ya han sido entrenados... por Al Qaida.

Mai Yamani es investigadora de la Chatham House, de Londres y autora del libro ‘Cradle of Islam’.© Project Syndicate, 2006.

http://www.laopinion.com/comentarios/?rkey=00000000000000352070