Una guerra que es vital para toda la civilización
Este artículo fue escrito por Thomas L. Friedman, de The New York Times, en el 2002.
NUEVA YORK. - Las consecuencias de la guerra que se está llevando a cabo entre israelíes y palestinos es vital para la seguridad de todos los norteamericanos y realmente, creo, para toda la civilización. ¿Por qué? Muy simple, porque los palestinos están probando una forma totalmente nueva de hacer la guerra, utilizando atacantes suicidas, cubiertos con dinamita y vestidos como israelíes para concretar sus objetivos políticos. Y está funcionando.
Los israelíes están aterrorizados. Y los palestinos, a pesar de que esta estrategia ha hundido a su sociedad, tienen un creciente sentimiento de fortalecimiento. Perciben que finalmente poseen un arma que crea un equilibrio de poder con Israel y quizás, en sus fantasías, que pueden llegar a derrotarlo. Como dijo Ismail Haniya, líder de Hamas, a The Washington Post, ahora los palestinos hostigan a los israelíes porque han encontrado su punto débil. Los judíos, agregó, "aman la vida más que cualquier otro pueblo y prefieren no morir". Por eso los atacantes suicidas son ideales para tratar con ellos. Eso es realmente enfermo.
El mundo debe entender que los palestinos no han elegido el ataque suicida por la desesperación proveniente de la ocupación israelí. Esa es una gran mentira. ¿Por qué? Para empezar, muchos otros pueblos del mundo están desesperados; sin embargo, no han salido cubiertos de dinamita.
Más importante aún, el presidente Bill Clinton ofreció a los palestinos un plan de paz que podría haber finalizado su "desesperante" ocupación, y Yasser Arafat se retiró. Todavía más importante, los palestinos tuvieron durante mucho tiempo una táctica alternativa al suicidio: la resistencia no violenta, ? la Gandhi. Un llamado a la no violencia por parte de un movimiento palestino apelando a la conciencia de la mayoría silenciosa israelí habría conducido a un Estado palestino hace 30 años, pero también rechazaron dicha estrategia.
La razón por la cual los palestinos no adoptaron estas alternativas es porque en realidad desean ganar su independencia a sangre y fuego. En lo único en que se pueden poner de acuerdo como comunidad es en lo que desean destruir, no en lo que quieren construir. ¿Alguna vez escucharon a Arafat hablar acerca de qué sistema de educación o economía preferiría, qué tipo de Constitución desea? No, porque a Arafat no le interesa el Estado palestino, sino solamente sus límites.
Seamos claros: los palestinos adoptaron el suicidio como una elección estratégica, no por desesperación. Esto amenaza a toda la civilización porque si se permite que los ataques suicidas funcionen en Israel, luego, como el secuestro y los ataques aéreos, se repetirán, y finalmente llevarán a un atacante envuelto en adminículos nucleares a amenazar a naciones enteras. Es por eso que el mundo entero debe ver derrotadas estas estrategias suicidas.
¿Pero cómo? Este tipo de terrorismo puede ser frenado sólo con la autolimitación y el repudio de la comunidad misma. Ningún ejército extranjero puede detener a pequeños grupos listos a suicidarse. ¿Cómo producimos dicha disuasión entre los palestinos? Primero, Israel necesita realizar un golpe militar que con firmeza muestre que el terror no resulta. Segundo, Estados Unidos debe dejar en claro que el problema de los ataques suicidas no es sólo de Israel. Para ese fin, Washington debería declarar que mientras respeta la legitimidad del nacionalismo palestino no tratará con los líderes palestinos mientras éstos toleren dichos ataques. Más aún, deberíamos dejar en claro que los líderes árabes, cuyos medios de comunicación llaman mártires a los atacantes suicidas, no son bienvenidos en los Estados Unidos.
Tercero, Israel debe decir al pueblo palestino que está listo para retomar las conversaciones donde fueron dejadas con Clinton, antes de la intifada. Esas conversaciones estaban en un 90% en camino de terminar con la ocupación y crear el Estado palestino. Cuarto, tropas de EE.UU. o de la OTAN deben garantizar todas las fronteras entre Israel y Palestina.
"La Guerra Civil Española fue el lugar donde las grandes potencias ensayaron sus nuevas armas antes de la Segunda Guerra Mundial", afirmó el teórico político israelí Yaron Ezrahi. "Bien, el conflicto palestino-israelí es hoy la guerra civil española del siglo 21. Estamos ante una gran prueba para ver si el terrorismo suicida puede triunfar como estrategia de liberación o no. Debe ser derrotado, pero eso requiere más que una estrategia militar."
Los palestinos están tan enceguecidos por su furia narcisista que perdieron de vista la verdad básica sobre la que está construida toda la civilización: lo sacro de toda vida humana, comenzando por la propia. Si Estados Unidos no utiliza cada pizca de energía para detener esta locura y la llama por su verdadero nombre, se extenderá. El demonio está bailando en Medio Oriente, y está bailando en nuestra dirección.
NUEVA YORK. - Las consecuencias de la guerra que se está llevando a cabo entre israelíes y palestinos es vital para la seguridad de todos los norteamericanos y realmente, creo, para toda la civilización. ¿Por qué? Muy simple, porque los palestinos están probando una forma totalmente nueva de hacer la guerra, utilizando atacantes suicidas, cubiertos con dinamita y vestidos como israelíes para concretar sus objetivos políticos. Y está funcionando.
Los israelíes están aterrorizados. Y los palestinos, a pesar de que esta estrategia ha hundido a su sociedad, tienen un creciente sentimiento de fortalecimiento. Perciben que finalmente poseen un arma que crea un equilibrio de poder con Israel y quizás, en sus fantasías, que pueden llegar a derrotarlo. Como dijo Ismail Haniya, líder de Hamas, a The Washington Post, ahora los palestinos hostigan a los israelíes porque han encontrado su punto débil. Los judíos, agregó, "aman la vida más que cualquier otro pueblo y prefieren no morir". Por eso los atacantes suicidas son ideales para tratar con ellos. Eso es realmente enfermo.
El mundo debe entender que los palestinos no han elegido el ataque suicida por la desesperación proveniente de la ocupación israelí. Esa es una gran mentira. ¿Por qué? Para empezar, muchos otros pueblos del mundo están desesperados; sin embargo, no han salido cubiertos de dinamita.
Más importante aún, el presidente Bill Clinton ofreció a los palestinos un plan de paz que podría haber finalizado su "desesperante" ocupación, y Yasser Arafat se retiró. Todavía más importante, los palestinos tuvieron durante mucho tiempo una táctica alternativa al suicidio: la resistencia no violenta, ? la Gandhi. Un llamado a la no violencia por parte de un movimiento palestino apelando a la conciencia de la mayoría silenciosa israelí habría conducido a un Estado palestino hace 30 años, pero también rechazaron dicha estrategia.
La razón por la cual los palestinos no adoptaron estas alternativas es porque en realidad desean ganar su independencia a sangre y fuego. En lo único en que se pueden poner de acuerdo como comunidad es en lo que desean destruir, no en lo que quieren construir. ¿Alguna vez escucharon a Arafat hablar acerca de qué sistema de educación o economía preferiría, qué tipo de Constitución desea? No, porque a Arafat no le interesa el Estado palestino, sino solamente sus límites.
Seamos claros: los palestinos adoptaron el suicidio como una elección estratégica, no por desesperación. Esto amenaza a toda la civilización porque si se permite que los ataques suicidas funcionen en Israel, luego, como el secuestro y los ataques aéreos, se repetirán, y finalmente llevarán a un atacante envuelto en adminículos nucleares a amenazar a naciones enteras. Es por eso que el mundo entero debe ver derrotadas estas estrategias suicidas.
¿Pero cómo? Este tipo de terrorismo puede ser frenado sólo con la autolimitación y el repudio de la comunidad misma. Ningún ejército extranjero puede detener a pequeños grupos listos a suicidarse. ¿Cómo producimos dicha disuasión entre los palestinos? Primero, Israel necesita realizar un golpe militar que con firmeza muestre que el terror no resulta. Segundo, Estados Unidos debe dejar en claro que el problema de los ataques suicidas no es sólo de Israel. Para ese fin, Washington debería declarar que mientras respeta la legitimidad del nacionalismo palestino no tratará con los líderes palestinos mientras éstos toleren dichos ataques. Más aún, deberíamos dejar en claro que los líderes árabes, cuyos medios de comunicación llaman mártires a los atacantes suicidas, no son bienvenidos en los Estados Unidos.
Tercero, Israel debe decir al pueblo palestino que está listo para retomar las conversaciones donde fueron dejadas con Clinton, antes de la intifada. Esas conversaciones estaban en un 90% en camino de terminar con la ocupación y crear el Estado palestino. Cuarto, tropas de EE.UU. o de la OTAN deben garantizar todas las fronteras entre Israel y Palestina.
"La Guerra Civil Española fue el lugar donde las grandes potencias ensayaron sus nuevas armas antes de la Segunda Guerra Mundial", afirmó el teórico político israelí Yaron Ezrahi. "Bien, el conflicto palestino-israelí es hoy la guerra civil española del siglo 21. Estamos ante una gran prueba para ver si el terrorismo suicida puede triunfar como estrategia de liberación o no. Debe ser derrotado, pero eso requiere más que una estrategia militar."
Los palestinos están tan enceguecidos por su furia narcisista que perdieron de vista la verdad básica sobre la que está construida toda la civilización: lo sacro de toda vida humana, comenzando por la propia. Si Estados Unidos no utiliza cada pizca de energía para detener esta locura y la llama por su verdadero nombre, se extenderá. El demonio está bailando en Medio Oriente, y está bailando en nuestra dirección.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home